La vitamina C es un micronutriente esencial con múltiples funciones en el organismo. Participa en la síntesis de colágeno, actúa como antioxidante, favorece la absorción de hierro y contribuye al funcionamiento normal del sistema inmune. Existen diferentes formas de administrarla, siendo las más comunes la vía oral y la intravenosa (IV). Aunque ambas aportan vitamina C, no actúan de la misma manera ni alcanzan los mismos niveles en el cuerpo.
A continuación, se explican las diferencias fundamentales entre ambas vías de administración, con un enfoque informativo y seguro.
¿Cómo se absorbe la vitamina C oral?
La vitamina C oral —ya sea en pastillas, cápsulas, polvos o alimentos— se absorbe a través del intestino. El organismo regula de forma natural esta absorción:
- Cuando la dosis es pequeña, la absorción es alta.
- Cuando la dosis es grande, el intestino limita la cantidad que puede ingresar al cuerpo.
Esto significa que, aunque una persona consuma grandes cantidades, el cuerpo solo absorberá una parte, y el exceso será eliminado.
Ventajas de la vía oral
- Segura y fácilmente accesible.
- Adecuada para el consumo diario.
- Ideal para mantener niveles normales de vitamina C en personas sanas.
Limitaciones de la vía oral
- La absorción tiene un límite fisiológico.
- Altas dosis pueden causar malestar gastrointestinal (por ejemplo, diarrea).
¿Cómo actúa la vitamina C intravenosa?
La vitamina C intravenosa (IV) se administra directamente en el torrente sanguíneo, lo que permite alcanzar concentraciones plasmáticas mucho más elevadas que las obtenidas por vía oral.
Es importante destacar que esta administración debe realizarse exclusivamente por personal médico o de enfermería autorizado y se utiliza en contextos clínicos específicos, no como suplementación cotidiana.
Ventajas de la vía intravenosa (siempre bajo supervisión profesional)
- Permite alcanzar rápidamente niveles altos de vitamina C en sangre.
- Útil en situaciones clínicas puntuales o cuando la vía oral no es posible (según criterio médico).
Limitaciones y consideraciones
- Requiere supervisión profesional, evaluación previa y un entorno seguro.
- Puede implicar riesgos si no se administra correctamente o sin justificación clínica.
¿Cuál es mejor?
No existe una vía “mejor” de manera general. La elección depende del contexto individual y del objetivo terapéutico:
- Para la mayoría de las personas, una dieta equilibrada rica en frutas y verduras —junto con suplementación oral si es necesario— es suficiente para mantener niveles adecuados.
- La vía intravenosa es una herramienta médica que debe usarse solo cuando un profesional autorizado lo indique.
Conclusión
La vitamina C oral y la vitamina C intravenosa comparten el mismo nutriente, pero su absorción, regulación y aplicación práctica son muy diferentes.
Comprender estas diferencias permite tomar decisiones informadas y seguras, siempre con el acompañamiento profesional adecuado cuando se trata de terapias intravenosas.



